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Parásitos
al galope
Los parásitos
pueden afectar negativamente algunos índices de la producción
equina en un 24 por ciento. Así lo sugiere un estudio epidemiológico
que se está desarrollando en la Universidad Nacional de Río
Cuarto. Determinar en diferentes sistemas de producción las variaciones
estacionales que tienen los diversos tipos de parásitos, tanto en
las madres como en los potrillos en esta región es el eje
central del trabajo de investigación
La salud de los animales
es fundamental para poder mantener la eficiencia productiva y una de las
enfermedades que más afectan los índices de producción
es la parasitaria.
Las pérdidas pueden
llegar a ser cuantiosas si se tiene en cuenta que la industria equina relacionada
únicamente con la raza sangre pura de carrera representa para el
país un movimiento de 500 millones de dólares por año.
A esto se agrega que la Argentina es el segundo exportador mundial de carne
equina y quinto productor de carne de esta especie.
En lo referido a equinos
deportivos, en especial sangre pura de carrera, nuestro país es
el tercer productor mundial de esta raza, con alrededor de ocho mil potrillos
registrados por año. Aquí existen 1.200 haras –establecimientos
de cría –, de los cuales 160 se encuentran en la provincia de Córdoba.
Desde hace algunos años
se viene desarrollando esta línea de investigación. El primer
paso fue realizar una encuesta aplicada a veterinarios especializados del
país, para conocer su visión respecto de la parasitosis,
la importancia atribuida, la forma de trabajo, las técnicas de diagnóstico
utilizadas, los conocimientos respecto de los antiparasitarios y los problemas
suscitados.
Como resultado, se supo
que había un nivel aceptable de conocimiento, aunque se detectaron
fallas importantes vinculadas con el manejo de los antiparasitarios y los
problemas de resistencia a estos medicamentos.
El doctor José Tolosa,
director del equipo de la Facultad de Agronomía y Veterinaria que
está desarrollando la investigación, comentó que “el
eje central de este estudio es conocer los parásitos que hay en
la zona, en las diferentes categorías de animales, y saber cuáles
son las variaciones estacionales”.
Otro de los objetivos -a
largo plazo- es poder identificar y seleccionar animales que demuestren
tener cierta resistencia natural a los parásitos.
Los antiparasitarios mal
utilizados han generado problemas de resistencia. A los parásitos
ya no les hace efecto la droga, tal como ha pasado con los antibióticos
en algunas cepas de bacterias, tanto en medicina humana, como en veterinaria.
Hay resistencia por parte de los parásitos a las drogas, lo cual
es un problema que desvela tanto a profesionales, como a productores dedicados
a la cría de caballos.
Ante esta realidad, los
investigadores se centran en procedimientos que no impliquen el uso de
drogas. Así es que se ha detectado que hay madres en las que naturalmente
los parásitos tienen poca capacidad de postura de huevos. A estas
yeguas se las considera poco contaminantes y se ha comprobado que a esta
característica la pueden transmitir a sus hijos.
Los veterinarios que están
realizando este trabajo pretenden en un plazo de tres años detectar
un grupo de madres a cuyos potrillos hayan transmitido sólo en muy
pequeña cantidad los parásitos, a partir de lo cual se espera
tener un rebaño que sea genéticamente resistente a los parásitos.
Huevos por gramo
Cuántos huevos por
gramo de materia fecal eliminan los huéspedes por día es
el eje de la técnica de laboratorio en la que se centra este estudio.
Se hacen dos muestreos por animal por estación, se sacan los promedios
anuales y, a partir de allí, se determina cuáles son los
animales más resistentes.
Como resultado de estos
años de trabajo, los investigadores tienen el patrón de la
curva de producción de huevos en dos establecimientos de la región.
El doctor Tolosa, en referencia
a los datos obtenidos, asegura que “las posturas mínimas se producen
durante el invierno y luego comienza a haber un alza, que llega al máximo
en verano” y agrega que “los picos de postura de primavera y verano coinciden
con el momento en que nacen los protillos”.
En este sentido, comenta
que “los parásitos han sincronizado sus mecanismos de procreación
en función de la reproducción de sus huéspedes, de
manera de encontrar una situación de susceptibilidad, que se convierte
en un contexto muy apto para su sobrevivencia”.
Influencia del parasitismo
en el peso
Por otro lado, los investigadores
están llevando adelante ensayos preliminares, para determinar cómo
influye el parasitismo en la ganancia diaria de peso de los animales.
Al hacer una comparación
entre el peso de potrillos que han sido tratados con antiparasitarios y
otros que no, en un periodo de 90 días, se ha determinado una diferencia
que llega hasta a un 24 por ciento más en términos de ganancia
de peso en kilos de los primeros en relación con los segundos.
En este sentido, el facultativo
comenta que “hay varios trabajos que han demostrado que se pueden obtener
mejores rendimientos, con importantes ganancia de peso, si se hacen tratamientos
adecuados, lo cual está reflejando el daño que el parásito
le produce a los animales”.
El caballo en sus distintos
roles
En el país se ha
introducido la concepción del caballo como el animal productor de
carne, marco en el cual cobra también importancia el parasitismo,
que por definición afecta el crecimiento de los animales, lo cual
se traduce en un problema económico.
Si se piensa al caballo
como herramienta de trabajo, igualmente los parásitos hacen notar
su presencia. Está demostrado que cuando son sometidos a trabajos
muy fatigosos los animales que están parasitados tienen un menor
rendimiento y tardan muchos días en recuperarse, en cambio, cuando
se los desparasita previamente el cansancio no es tan fuerte, ya que están
en mejores condiciones físicas.
El caballo de carrera es
una máquina de correr a la que nada puede distraer su fisiología.
Si está parasitado en la primera edad, esos animales no tienen el
crecimiento deseado y, por tanto, carecen de una importante masa muscular
y una buena sustentación ósea.
A esto se agrega que si
no hay un cuidadoso control de los parásitos, cuando están
en edad de participar en carreras son animales que no desarrollan gran
velocidad, pues aunque genéticamente tengan una buena línea
de antecedentes, no están en condiciones de rendir al máximo,
porque los parásitos disminuyen su eficiencia.
¿Cómo se
determina la carga parasitaria?
La carga parasitaria se
determina por dos procedimientos de laboratorio, uno es el de los exámenes
cualitativos y otro el de los cuantitativos. Los primeros indican qué
tipo de parásitos hay, en tanto que los segundos se centran en la
cantidad de individuos.
En este sentido, el doctor
Tolosa comenta que “en los caballos hay varios grupos de parásitos,
dentro de cada uno de los cuales hay muchas especies, para cuya individualización
hay que contar los huevos, hacer el cultivo de larvas y determinar el género
del que es, lo cual constituye el método más utilizado”.
Todos los parásitos
eliminan sus huevos de dimensiones microscópicas a través
de la materia fecal. A pesar de su reducido tamaño, estos huevos
presentan algunas características morfológicas especiales,
lo cual permite a los investigadores diagnosticar el tipo de parásito
del que se trata.
En algunos casos es necesario
avanzar en el desarrollo del diagnóstico mediante técnicas
de cultivo de larvas, en las que los huevos son sometidos a determinadas
condiciones de temperatura durante cierto tiempo y después se las
analizan para ver la forma que tienen, con lo cual se avanza en el
especificación. El primer paso es determinar cuántos y qué
tipo huevos están contaminando el ambiente, para tomar decisiones
respecto de cuándo desparasitar.
Los caballos argentinos
tienen buena fama. Los de carrera constituyen una industria de primer nivel
y junto a los de polo son muy bien cotizados a nivel mundial. Prueba de
ello es que cuando se realizan remates en los haras del país vienen
compradores de todos lados.
Por otro lado, después
de la producción de carne bovina, la de caballo se ubica en el segundo
lugar en el índice de exportación, en cuanto al ingreso de
divisas.
Detalles del estudio
Este estudio se realizó
en dos establecimientos de producción extensivos. Uno es el de la
Estancia Villa Amelia de la localidad de Chaján y el otro es el
de la Fundación Calamuchita de Embalse de Río Tercero.
En Chaján se trabajó
con razas Tiro Argentino, Percherón Postier y Criollo, en el marco
de un sistema de producción mixto agrícolo-ganadero (bovinos/equinos).
El plantel utilizado para el estudio estuvo integrado por 150 madres. En
Embalse, se trabajó con un plantel de 80 madres de la raza Criolla,
en un sistema ganadero mixto (bovinos/ovinos/equinos). En ambos lugares
se realizaron muestreos periódicos de yeguas y potrillos, y luego
se determinó la evolución de la carga parasitaria en las
distintas estaciones del año, medida en huevos por gramo de materia
fecal.
Estos investigadores, por
un lado, realizan un estudio epidemiológico de prevalencia e incidencia
de parásitos gastrointestinales en equinos naturalmente infectados,
bajo diferentes sistemas de producción y programas de control .
Por otra parte, trabajan los aspectos relacionados con las drogas antiparasitarias
y su empleo.
Esta investigación
ha generado información local inédita y actualizada, producida
por docentes de la Universidad, lo cual da lugar además a que los
alumnos estudien los problemas que se plantean en el medio en el que viven.
El equipo de investigación
está conformado por José Tolosa, director del proyecto y
profesor del Departamento de Patología Animal, y los docentes del
Departamento Producción Animal, Luis Losinno, Alicia Chiaretta,
Jorge Tissera y Javier Aguilar, todos de la Facultad de Agronomía
y Veterinaria. |