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La mala gestión
del arbolado urbano puede convertir a los árboles en un estorbo
o en un elemento útil. Educar, enseñar a conocer y a querer
a los árboles ayudará en este aspecto.
Es común encontrar
plantaciones ya realizadas muy mal conducidas. De este mal manejo pueden
derivar varios problemas como el ocultamiento de carteles indicadores,
roturas veredas, obstrucción de desagües, roturas de cables
o frentes de edificios, oscurecimiento de calles por proyección
de sombras, golpes producidos por vehículos altos (camiones y colectivos),
falta de sombra. durante el verano y hasta un problema visual.
A diferencia del árbol
presente en los bosques o en el ámbito rural, en la ciudad el arbolado
cumple estrictamente funciones sociales, no reconociéndosele una
función productiva como en los casos de la actividad silvícola
o frutícola. Su plantación se realiza para aprovechar el
espacio público y aumentar el bienestar de sus habitantes, entre
las funciones más reconocidas se destacan: brindar sombra
y refrescar el aire circundante, producir oxígeno, ,regular
la humedad ambiente, disminuir ruidos, atenuar los vientos, retener
partículas sólidas (hollín y polvo), y también
gérmenes ambientales, embellecer las vías de tránsito
y las viviendas, retener el agua de lluvia y así moderar el escurrimiento.
En el medio urbano no suelen
encontrarse las condiciones adecuadas para el correcto desarrollo de los
árboles. Cada árbol cuenta con una serie de características
que lo vuelven apto -o no- para el ajetreo de la ciudad. Si lo que se busca
es un buen efecto estético, con bajo costo y escaso mantenimiento
existen una serie de factores que no pueden dejar de considerarse:
}TIPO DE RAÍZ: Las
profundas dañan menos las veredas que las superficiales. Las especies
de anclaje horizontal (tilo, olmo, paraíso), se adaptan mejor al
funcionamiento y evitan roturas. Se deben evitar las especies ávidas
de humedad edáficas quienes buscarán los desagües,
(por ejemplo los sauces).
}FOLLAJE: Conviene elegir
árboles de hojas caducas y pequeñas o medianas puesto
que obstruyen menos los desagües y permiten un fácil barrido
y recolección.
}FLORACION: Son preferibles
las explosivas, aunque sean momentáneas (jacarandáes, lapachos),
pero que no ocasionen problemas por su tamaño y cantidad, como el
palo borracho, cuyas flores son resbalosas.
}FRUTOS: Sucede lo mismo
que lo anterior, pueden embellecer el entorno u ocasionar trastornos
por su tamaño, textura, forma, aroma, etc. como sucede con los ombúes
hembra, naranjos, gingkos hembra, o araucarias. Serán preferibles,
frutos secos, no muy grandes.
}TAMAÑO: Si tenemos
en cuenta el tamaño que alcanzará en la edad adulta el árbol,
la elección de cada especie estará determinada en gran medida
por el ancho de la calle, de la vereda, la altura y el retiro de los frentes
de edificación. Existen diferentes tamaños. Los de primera
magnitud (de 20 m o más) se utilizan en avenidas y paseos; los de
segunda magnitud (15 m) son usados en calles y veredas amplias y
los de tercera (10 m), calles y veredas estrechas.
}FORMA: Se piensa principalmente
en la copa y el tronco. Aquella será amplia y alta, en tanto que
éste se mostrará recto y libre de espinas y ramificaciones
basales.
}RUSTICIDAD: Siempre se
adaptan mejor los árboles que resistan enfermedades, lastimaduras
y contaminaciones (gases y escapes de motor, aguas con productos químicos,
lavados de veredas, restos de aceite, polvo atmosférico).
}LONGEVIDAD: Es importante
ya que el costo de la plantación y el cuidado del árbol hasta
que es suficientemente fuerte (3 años) es elevado y más aún
si se considera el número de ejemplares de una ciudad. Los árboles
de crecimiento rápido no suelen vivir muchos años. Por ejemplo
sauce, álamo, etc.
Lo mencionado va a condicionar
la adaptación futura de los árboles a su entorno, su desarrollo
y su sanidad, por lo tanto la gestión futura y en particular recurrir
o no, a la poda.
La poda de formación
es la más polémica pues existen técnicas y costumbres,
criterios, mitos y creencias que la envuelven en una verdadera confusión.
Por un lado no podar se considera dejadez, por otro se cree que los árboles
necesitan de la poda para desarrollarse mejor.
La poda sin lugar a dudas
es una agresión al árbol, que produce heridas en los tejidos
de la corteza, constituyendo una puerta de entrada a diferentes patógenos.
Si no se conoce la técnica de poda y se realiza en forma errónea,
normalmente se observa una pudrición descendente desde las ramas
involucradas hasta el tronco, provocada por hongos, este proceso es irreversible
y lleva a la declinación prematura y muerte del ejemplar.
Las podas deben circunscribirse
a lo estrictamente necesario y sin alterar en modo alguno, salvo casos
de fuerza mayor, la forma característica de las plantas. Las podas
severas no deben ser de uso corriente, sino cuando se decide hacer una
reformación de la copa.
La poda del arbolado urbano
tiene como objetivo adecuar y mantener la forma natural del árbol
a su entorno morfológico. Con la poda se logra: restablecer el equilibrio
entre el sistema radical y la parte aérea de la planta al momento
de su implantación, adecuar la copa al tránsito vehicular
y peatonal, al cableado aéreo, iluminación de calles, mantenimiento
de la forma y sanidad del árbol.
TIPOS DE PODA
1. Poda de plantación
En las plantas que se desarrollan
normalmente existe un equilibrio entre su sistema radical y la parte aérea,
o sea la copa. Al ser arrancadas para el transplante una gran parte de
las raicillas quedan en el terreno y por consiguiente se destruye el citado
equilibrio.
En la poda de plantación
se debe tener especial cuidado de no modificar la forma natural de la especie
o variedad y tener presente la naturaleza de la copa eliminando solamente
las ramas rotas, las que se entrecruzan molestándose y las indispensables
para mantener el equilibrio.
2. Poda de formación
Tiene por finalidad la conducción
de las ramas primarias y secundarias de un árbol. Con ella se eleva
la copa del ejemplar, con el objetivo de no interferir la circulación
peatonal y vehicular, la iluminación y la visibilidad de carteles
comerciales si los hubiere.
En la poda de formación
se debe tener en cuenta fundamentalmente la manera propia de vegetar y
la forma particular de la especie, la que bajo ningún punto de vista
deberá modificarse. La poda de formación incluye:
a) Formación del
tallo y elevación de la copa (refaldado)
La elevación de la
copa o refaldado consiste en la supresión progresiva y regular de
las ramas más bajas del árbol, a los efectos de llevar su
copa a una altura deseada. Cabe destacar entonces, la importancia
de una correcta elección de ejemplares en el vivero, ya que si las
plantas poseen una adecuada altura de inicio de copa (1,8-2,0 m) disminuyen
notablemente los requerimientos de poda durante el primer año. El
refaldado no debe hacerse demasiado de prisa (nunca más de 1 m.
como máximo por año).
La altura de copa recomendada
para el tránsito de peatones es de 2,5 m., en tanto para el tránsito
vehicular el despeje será de 3,5 a 4,5 m., según circulen
automóviles o colectivos.
b) Formación de túneles
para cableado
La presencia de cables obliga
a formar un túnel dentro de la copa, por donde se conduzca el cableado.
La forma del túnel dependerá de la ubicación
del tendido aéreo, ya sea que se encuentre sobre la línea
de edificación o de plantación. Es importante formar el túnel
a medida que crece el árbol, eliminando o rebajando las ramas
que interfieran. De igual manera, se deberá conducir el árbol
con el fin de que los artefactos de iluminación queden situados
debajo de la copa, siempre que sea posible.
3. Poda de mantenimiento
Es la que se realiza una
vez formado el árbol y se continúa a través de su
existencia. Consiste en la eliminación de: ramas mal
dirigidas, enfermas o secas, rebrotes de raíz, chupones
que nacen en el tronco. También comprende el mantenimiento de túneles
para conducción del cableado aéreo y de altura de la copa
para iluminación y tránsito vehicular y/o peatonal.
Epoca de poda
La época más
conveniente depende de la especie y de las condiciones climáticas.
Las especies de hojas caducas se deben podar durante el reposo vegetativo
impuesto por los fríos. El mejor momento para podar es cuando la
planta tiene las reservas altas, es decir desde la caída de las
hojas en otoño hasta fines del invierno, pero siempre antes de que
empiece la brotación.
El peor momento para
podar es cuando las hojas se están formando, ya que
las reservas están en un nivel mínimo, y cuando la
hojas están cayendo, ya que pierden reservas necesarias para la
formación de raicillas.
Las especies de follaje
persistente es aconsejable podarlas en la misma época que las caducifolias,
ya que tienen en ese período menor actividad. Las podas en períodos
de intensas heladas resultan perjudiciales para el vigor futuro de las
plantas.
Si bien la mayoría
de las ordenanzas municipales autorizan la poda desde el 15 de mayo al
15 de agosto, es necesario realizar una evaluación previa
para iniciar esta actividad.
Capacitación para
la poda
La poda de árboles
es una actividad que debe ser dirigida por especialistas en silvicultura
urbana y realizada por personal correctamente capacitado. El árbol
en el ambiente urbano se encuentra inserto en un ecosistema altamente artificializado,
donde la plantación, mantenimiento y recambio de especies, requiere
de técnicas ajustadas a la especie y calidad del sitio. La poda
es una tarea cultural que hace al mantenimiento de la masa arbórea,
por lo tanto debe formar parte del diseño y manejo de la futura
masa arbórea, que comienza con la elección de la especie
adecuada que permita aunar la libre expresión del árbol con
las funciones de él esperada.
Para ello es indispensable,
la capacitación teórico-práctica del personal afectado
directamente con la ejecución de la poda ( obreros, capataz, jefe
de cuadrilla), tanto en los criterios como en las técnicas de poda
de arbolado urbano
Es necesario el conocimiento
y realización de actividades practicas de : anatomía
y fisiología del árbol, realización correcta de cortes,
tipos de podas, técnicas de trepado de árboles, uso de motosierras
en situaciones de distinto grado de dificultad, uso de sogas de seguridad
y apeo de ramas, poda de árboles cuyas ramas alcanzan el tendido
de redes eléctricas.
Productos de la poda
Los materiales resultantes
de la poda son siempre heterogéneos, en cuanto a tamaño,
sin embargo, entre ellos se encuentran maderas de calidad como la de fresno
(Fraxinus sp) y plátano ( Platanus sp) que pueden utilizarse en
artesanías, resultando en productos de mayor valor agregado. Las
ramas de diámetros menores pueden utilizarse para leña, mientras
que el resto, de diámetros pequeños (corteza y hojarsca),
se puede emplear en la elaboración de compost.
Consideraciones Finales
La tarea previa a cualquier
decisión sobre el arbolado urbano es la del inventario. El conocimiento
acabado de la cantidad y distribución de las diferentes especies
que componen la flora arbórea urbana es de relevancia para ordenar
las tareas de poda, los tratamientos fitosanitarios, recambio de ejemplares,
etc. El inventario por cuadra, y más precisamente por frentista,
considerando: especie, estado sanitario, diámetro de copa, clase
de edad, conflictos con otros servicios públicos, llevan a la gestión
del arbolado público.
A los fines prácticos
es preferible uniformar los árboles por tamaño, pero manteniendo
el criterio de diversidad específica; labor que debe realizarse
por calles o manzanas. Entre las ventajas de esta actividad se destacan:
estandarización de las tareas culturales con menores costos, menor
vulnerabilidad ante las plagas específicas, riqueza estética,
etc.
La gestión del arbolado
urbano requiere de evaluaciones permanentes durante la época estival
como en la invernal. En verano permite el registro de ramas secas, enfermedades,
plagas, árboles secos, ramas sobrecargadas de brotes y en invierno
en función del relevamiento estival, la poda. Por ello es necesario
contar con una cuadrilla de mantenimiento estable, con operarios capacitados.
De esta manera el arbolado
urbano, junto a otros recursos culturales se ligará estrechamente
al patrimonio cultural del ambiente urbano.
(*) por César
Omar Núnez
Fac. de Agronomía
y Veterinaria - UNRC. |
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