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Apuntes
biográficos
Abogado y
político transitó ambos planos guiado por sus convicciones,
docente universitario, sagaz intelectual, supo franquear las dificultades
y triunfó en la gran ciudad.

Nació en Amboy, el
18 de febrero del año 1800, producto del matrimonio entre don Dalmacio
Vélez Baigorrí y doña Rosa Sarsfield y Palacios.
A los cinco meses de edad
del niño Dalmacio, muere su padre por lo avanzado de la edad
y por problemas de salud de diversa índole.
Rosa Sársfield, era
hija de Jorge Sársfield y de doña María Josefa Palacios,
que según Sarmiento venía de una familia de guerreros
irlandeses, que luchaban por la independencia de ese país. Jorge
Sársfield se asentó en esta zona y tiene 15 hijos que se
dispersan por todo el país.
Cuando Rosa queda viuda
se traslada a la ciudad de Córdoba donde tenía una propiedad,
en la zona cercana al hoy Patio Olmos, al frente de la Plaza
Vélez Sársfield.
Empieza la familia a vivir
una etapa de estrechez económica salvada porque Rosa recibía
una pensión por el fallecimiento de su hijo, José Bernardo,
ocurrido durante la batalla de Huaqui.
Con estos aportes y beca
mediante, Dalmacio pudo realizar sus estudios. Obtiene el título
de bachiller en artes y en 1823 se gradúa de abogado en la
hoy la Universidad Nacional de Córdoba.
Comienza entonces su brillante
trayectoria en el plano del derecho y no menos importante y apasionada
en el plano de la política nacional.
Vélez Sarsfield se
traslada a Buenos Aires donde permanecerá durante la mayoría
de sus días, salvo escasas excepciones como los años
de exilio en los tiempos de Rosas.
Hacia finales de la década
del ’20 se posiciona como uno de los abogados más importante de
la pujante metrópoli por lo que recibe resonados casos que involucran
a casas comerciales e importadoras. Conspicuos representantes de la aristocracia
porteña e inclusive Facundo Quiroga fue parte de la clientela
del cordobés.
Entre otras acciones, pasa
a integrar la cátedra de Economía Política en la Universidad
de Buenos Aires.
A pesar de ser del interior
se aferra a las convicciones unitarias y se integra al ideario rivadaviano.
Es candidato por San Luis y elegido diputado para el Congreso
Constituyente de 1824-1826 realizado en Buenos Aires, que flanqueado
por un ambiente político de enfrentamiento no pudo superar los antagonismos
y navegó al fracaso.
En su candidatura y elección
tuvo mucho que ver el parentesco con el gobernador de San Luis, José
Santos Ortiz, casado con Inés Vélez, hermana del codificador.
Con el advenimiento de José
Manuel de Rosas, rezaga su actividad política y prioriza su actividad
profesional lo que le permite comprar campos en Arrecifes, en la zona del
pueblo hoy llamado Dalmacio Vélez y en Río de los Sauces.
Su alejamiento de la política
en estos tiempos le evitó problemas con el gobierno federal,
aunque luego por su reconocida adhesión al unitarismo tiene inconvenientes
que lo obligan a alejarse de Buenos Aires.
En principio, hizo escala
en su estancia de Arrecifes, donde trabaja en la traducción de La
Eneida, merced a sus conocimientos del latín.
Más tarde,
la situación se torna insostenible, vuelve a Buenos Aires con un
“alias” y se embarca hacia la República Oriental del Uruguay,
a Montevideo, en 1842.
Regresa al país y
logra entablar una «amistad» con la familia Rosas, “amistad”
que después de Caseros será cuña para la crítica
de sus adversarios.
En este período a
partir de un conflicto entre el gobierno de Buenos Aires y la Santa Sede,
escribe el trabajo Derecho Público Eclesiástico en Relación
al Estado.
Ni las víboras
Vélez Sársfield,
tenía una sólida formación intelectual, lo que le
permitía cierta soberbia y acidez en sus argumentaciones.
Era una persona irónica
y no tenía grandes dotes para ganarse la amistad de la gente.
Una anécdota que
circulaba en los corrillos políticos del Buenos Aires del 1840,
sostiene que al dormirse en una silla de la casa del gobernador,
alguien, que no se descarta que sea el mismo Rosas, le pone una víbora
en el bolsillo estando dormido.
Cuando se despierta,
el animal estaba muerto y Rosas en tono medio en broma, medio en
serio, le habría dicho “vio doctor a Ud. ni siquiera las víboras
lo aguantan”.
Padre de familia
A lo largo de su vida,
tiene dos casamientos, con dos primas, primero con Paula Piñeiro
con quien tiene a Vicenta Vélez. Paula muere, Dalmacio vuelve
a casarse, a los dos años, con Manuela Velázquez, con
quien tiene cuatro hijos: Constantino, Aurelia, Bernardo y Rosario.
De todos sus hijos la más
notoria es Aurelia Vélez, que además de ser un mujer bella
tenía una excepcional formación intelectual.
Aurelia sobresalía
por ser una mujer adelantada a su época, también fue noticia
por un comentado romance con Sarmiento, con quien la familia Vélez
mantuvo un fuerte vínculo y fue uno de los pocos amigos de
Dalmacio.
Después de Caseros
Producida la caída
de Rosas, Vélez Sarsfield, toma parte en las tratativas previas
al Acuerdo de San Nicolás. Participa de las discusiones sobre el
rol que debía asumir Buenos Aires ante la propuesta constitucional
sostenida por el interior del país, encabezado por Justo José
de Urquiza.
Ocupa diversos cargos en
la legislatura de la provincia. Más tarde, desarrolla una
destacada actuación en la formación del periódico
El Nacional.
Fue Ministro de Economía
de la presidencia de Mitre, aunque renuncia por disidencias
con el Poder Ejecutivo y se retira de la política con 64 años.
Sin embargo, Mitre
le encarga la redacción del Código Civil, en la búsqueda
de enmendar una falencia del país que en términos generales
se seguía manejando con los códigos de Indias.
Dalmacio Vélez se
retira entonces a una quinta en las afueras de Buenos Aires y se dedica
a la redacción de su obra.
Según indica Pedro
Oliva Díaz en una semblanza biográfica, por «decreto
emanado del Departamento de Justicia, del 20 de octubre de 1864, que lleva
la firma de Marcos Paz y el ministro Eduardo Costa, nómbrase para
redactar el Proyecto de Código Civil al doctor Dalmacio......»
«El proyecto fue sancionado
y convertido en Ley de la Nación -dice Oliva Díaz- el 25
de septiembre de 1869, que en el artículo primero decía:
Art. 1º: El Código Civil... se observará como Ley de
la República Argentina, desde el 1 de enero de 1871».
Señala Oliva Díaz:
«La República está formada. La Nación cimentada.
Pero sus hombres necesitan las normas legales que regulen sus relaciones
humanas, las que atañen a su propia persona, ya considerada en sí
misma, ya considerada en relación a su familia y a los bienes».
Lo obra de Vélez,
que lo consolida en la memoria histórica, ha recibido distintas
críticas, sobre todo las que le achacan ser una copia fiel
de códigos civiles de otros países.
En este sentido, más
que copiar, tal vez pueda decirse que Vélez aprovechó
diversos antecedentes en la materia, les imprimió su propio
sello e intentó adaptarlos al perfil social de la Argentina
de aquel entonces y seguramente a los intereses de los sectores poderosos.
Entre los códigos
que lo inspiraron se dice del código de Brasil, del napoleónico,
del alemán y del norteamericano.
Fue después Ministro
del Interior del Gobierno de Sarmiento, actuó en la pacificación
de los problemas con las provincias y le da un gran impulso al telégrafo
y al ferrocarril, instrumentos esenciales de lo que será el modelo
portuario.
Murió el 30 de marzo
de 1875, en la ciudad que amó, Buenos Aires, quizás el escenario
justo para su talento.
(*) Lic. Tristán
Pérez
Dpto. de Prensa UNRC |
¿Hijo póstumo?
En las biografías que existen sobre Vélez,
algunos datos con respecto a su vida aparecen contradictorios, por ejemplo,
un detalle que mayor discusión a suscitado entre los biógrafos,
es si Vélez era hijo póstumo. Otro tema que a veces suele
ponerse en duda es si realmente nació en Amboy.
Abel Chánenton, uno de los biógrafos
más clásicos, indica que era hijo póstumo.
El mismo Sarmiento indica en un bosquejo biográfico,
que nació en 1801, cuando su padre ya había muerto.
Las dos posturas estarían equivocadas nos explicó
Néstor López, “nosotros hicimos un búsqueda de los
documentos que están en el Arzobispado de Córdoba donde queda
ratificada la fecha de nacimiento del 18 de febrero del 1800, mientras
que el acta de defunción del padre está fechada con una referencia
cinco meses posterior al nacimiento, por lo cual no sería hijo póstumo”
añadió.
Sobre si nació o no en Amboy, López
aclaró que “tenemos la certeza que la familia poseía por
lo menos dos propiedades, una estaba a pocos metros del museo (donde efectivamente
habría nacido Sársfield) que se completaba con un campo que
estaba a mitad de camino entre San Ignacio y Amboy, a lo que se sumaba
la propiedad de Córdoba».
«Sabemos que eran propietarios –agrega- porque
Dalmacio Vélez Baigorrí, tuvo un participación destacada
en la confección de los inventarios de los jesuitas cuando son expulsados,
tareas estas que excedían sus obligaciones de soldado por lo que
pide al gobernador intendente de Córdoba, al Marqués
de Sobre Monte, algún tipo de compensación».
Vélez Baigorrí recibe en donación
tierras en Amboy, aunque ya tenían sus familiares campos en
toda la zona. A su vez, recibe una facción de tierra en la
ciudad de Córdoba que en esos años, por su ubicación
lejana al centro, en las afueras, no tenían gran valor.
Rosa y Dalmacio se casan en el año 1775 en
la Capilla de San Ignacio. Ellos vivían alternativamente en Amboy
y en Córdoba y durante una estadía en la zona serrana Rosa
parió a Dalmacio.
A raíz de la muerte de su esposo se vio obligada
a quedarse en Córdoba para hacer más llevadera la vida.
Dalmacio Vélez fue bautizado a los ocho meses
de haber nacido, al menos oficialmente, lo que era muy raro en aquella
época porque a raíz de la alta tasa de mortalidad los niños
eran bautizados apenas nacidos.
Otra versión
Otra versión bastante difundida en Amboy, trasmitida
por la tradición oral de los serranos dice que Dalmacio era hijo
ilegítimo, por eso habría sido parido en las sierras y no
en la ciudad Córdoba.
Los lugareños, sobre todo los más viejos
sostienen esta especie, que en resumida cuenta explica que
«el padre no estaba en condiciones de cumplir la función reproductiva
por razones, en mayor medida, de salud y de edad».
T.P.
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